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Quiénes somos

El Arte como elemento de conexión

Era el año 2009 y montamos una pequeña tienda de decoración y regalos. Este modesto origen tan solo duró tres años, porque nos equivocamos de lugar. Por aquel entonces una tienda en la calle sin suficientes personas alrededor dispuestas a incorporar elementos decorativos «diferentes», no hacía posible la supervivencia del negocio. Lo llamamos Feelathome: algo así como «siéntete como en casa».

Buscamos en ese momento elementos decorativos distintos, de Asia traíamos artesanía en madera, cerámica y vidrio, de Italia cristal tallado a mano; y el resto todo de empresas españolas, que apostaban por pequeños artesanos. Incluso la distribución en la tienda nos llevó a convertir el espacio en una «fuente de energía» si ni siquiera saberlo en ese momento.

La tienda ofrecía un circuito similar a un hogar, según accedías encontrabas objetos relacionados con la entrada a la casa: espejos de un tamaño discreto, con marcos de madera y metal, posallaves y bandejas para dejar monedas, papeles y llaves; de material cerámico, metal y madera, planta artificial y jarrones con arreglos florales que hacíamos nosotras (todos únicos), percheros de todos los tamaños, de pared y de pie, de forja y madera.

Continuabas y entrabas en una zona que trabajaba el olor, velas, inciensos y ambientadores ecológicos. Y las formas redondas, todo tenía formas redondeadas, sin aristas, sin posibilidad de daño ni para el ojo, ni para el tacto … 

Colgadores con campanillas, objetos colgados del techo con el sutil movimiento de la energía, esa sensación de ligera brisa que se percibe en la piel pero no se ve ni se puede explicar. 

 

Sentir
Un recorrido por la tienda era un viaje para los sentidos. Yo observaba como las personas entraban "negras por dentro" y salían con un aura muy especial. Los colores ofrecidos, la luz de las distintas estancias, la mezcla de materiales ofrecían al visitante unos minutos de armonía y paz.
Intuición
Raro era que el que entraba en nuestra tienda no terminase enamorado de algún objeto. Lo mejor venía cuando la persona confiaba en que buscásemos para ella un objeto con un objetivo; rellenar un hueco en su mueble del salón, adornar un rincón en un pasillo o encontrar una lámpara para crear un rincón de lectura.
No se trataba se vender artículos decorativos, se trata de integrar un elemento que conviva con el resto para aportar un bienestar. Recuerdo que una vecina, que todos los meses nos compraba un objeto nos decía, es que "mi casa huele a Feelathome".

Agradecidos con este concepto sin saberlo, los clientes volvían con el convencimiento de encontrar un auténtico tesoro; y con el tiempo nos traían planos de sus casas que con sumo gusto observábamos y nos servía para integrar mucho mejor cuadros, pequeños aparadores, mesitas y mobiliario. Incluso les pintábamos líneas de energía que tenían en sus hogares y no conocían.
¡Me siento tan bien en este lugar!
Aunque trabajamos sin descanso, no era suficiente para mantener el negocio, llegó la crisis del ladrillo y nos llevó por delante. Se paró la construcción, las reformas y la decoración. Aunque quedamos como finalistas al Premio Emprendedor 2010, no fue suficiente.
Lo que soñamos fue demasiado grande, demasiado evolucionado en ese momento. Hoy seguimos pensando de la misma manera, pero las nuevas generaciones si tienen una conciencia natural, muy enfocada a vivir mejor, de forma saludable y confortable, por ello confiamos en que ahora sí, es el momento.