La biofilia es un concepto que fue en un principio utilizado por el psicólogo Erich Fromm, autor de libros como “El arte de escuchar”, “El arte de amar” o “El miedo a la libertad”, entre otros. Para Fromm la palabra biofilia se refiere al amor a la vida, siendo la esencia de esa ética humanista que ha cobrado especial protagonismo en sus libros al ser unos de los temas centrales en los mismos.

Tras Fromm, fue el biólogo Edward O. Wilson quien elaboró en mayor profundidad el concepto de biofilia, destinado su libro “Biophilia” (1984), en el que establece la afirmación de que las personas sienten una afinidad de origen innato por todos los seres vivos y por la vida en sí misma, de manera que entre sus necesidades primarias para sentirse sanas y lograr un bienestar sería la necesidad de estar en contacto con la naturaleza.

La biofilia fue evolucionando gracias al avance de los trabajos científicos y sus diversas evoluciones hasta vincularse con la salud gracias al estudio de Roger Ulrich en 1984. En este trabajo se demostró que los pacientes en postoperatorio en una habitación con vistas a árboles se recuperaban antes que los que tenían vistas a una pared de ladrillo.

La mejor definición de diseño biofílico hasta la fecha es la acuñada por Ryan y Browning en 2018. Según la cual, el diseño biofílico es una práctica holística basada ​​en la naturaleza, principios de ingeniería y de diseño para apoyar la mejora de la salud, el bienestar y el desempeño medido a través de datos biométricos personales, estado de ánimo autoevaluado y calidad del trabajo.

La neuroarquitectura es la primera área de conocimiento centrada en el estudio de las reacciones del cerebro y el sistema nervioso a los estímulos sensoriales producidos por el entorno natural y artificial.

El cerebro desempeña un papel fundamental en el desarrollo, adaptación y supervivencia del ser humano y de este dependen las respuestas físicas y cognitivas que manifestemos ante las situaciones o el entorno que se nos presenta. El entorno – y por lo tanto la arquitectura– tiene un impacto significativo en la vida de las personas y afecta a nuestras emociones y capacidades.

El diseño biofilico trata de emular la naturaleza en los edificios que habitamos, incorporando diferentes elementos de la naturaleza tanto en los interiores como en los exteriores de los espacios, con el objetivo de mejorar la salud y el bienestar de las personas. Se trata de incorporar la presencia de la naturaleza, imitando formas propias del entorno vivo y natural, ayudándonos con elementos artificiales que recreen estas formas.

La decoración holística es para aquellos que quieren transformar el proyecto o la reforma en algo más: un desafío de cambio, una sanación. Las interacciones entre la energía de las casas y las personas no siempre se llevan bien, pero es nuestro objetivo unirlos. Las telas, texturas, colores y diseño son elementos pa​​ra ello. La intuición, la experiencia, la sensibilidad y la empatía son las armas de nuestro trabajo. Un trabajo personalizado, profundo, holístico. Utilizamos técnicas alternativas, vemos la decoración desde el alma, más artísticamente, sin dejar lo funcional y práctico de lado.